Fue tanta la expectativa en internet y redes sociales que se generó con este largometraje que me fue casi inevitable ir a verla al cine y saber porque todo el mundo estaba alucinando con esta película y a la vez publicando comentarios y memes constantemente para que todas las personas fueran a verla también. Mi curiosidad fue tal, que sentí que debía admirar esta pieza cinematográfica en una sala de cine. Es por eso que hace una semana, en un lluvioso, granizado y tormentoso día feriado en nuestro capital, me dirigí a mi sala comercial más cercana, en donde el tumulto de niños y niñas saliendo de ver la exitosa y muy comentada última producción de Disney Pixar, Lightyear, era realmente impresionante.
Desde antes que estuviera sentado viendo los clásicos avances y sinopsis de las películas que se vienen en el año, yo ya sabía que esta especie de experimento/coproducción entre China y U.S.A me iba a encantar. En primer lugar porque reúne dos de mis géneros audiovisuales favoritos: comedia negra y ciencia ficción. Y en segundo lugar, porque está producida y distribuida por la encantadora empresa de cine A24 (Ex Machina, Lady Bird, Moonlight, entre muchas otras)
Escrita y dirigida por Dan Kwan y Daniel Scheinert (Swiss Army Man) y producida por los connotados hermanos Anthony Russo y Joseph Russo (Avengers: Endgame, Avengers: Infinity War, Capitán América: Civil War), este film es una verdadera obra maestra.
Una odisea rítmica y visual que no se detiene ni te da respiro alguno durante sus 139 minutos de duración. Mezclando diferentes formatos y técnicas de narración, la acción no se detiene durante todo el espectáculo. Una trama sobre multiversos, la lucha entre el bien y el mal, el amor y las relaciones familiares, se combinan a la perfección con la trama dividida en tres capítulos perfectamente alineados entre sí.
Todo esto junto a la efectiva e impecable actuación de su protagonista Michelle Yeoh (Memoirs of a Geisha, Tomorrow Never Die, Crouching Tiger Hidden Dragon), quien es acompañada de Jamie Lee Curtis (Halloween, Trading Places) en un papel como quizás nunca la hemos visto, y el emotivo y genial regreso de Jonathan Ke Quan, recordado tal vez por la mayoría de la gente en sus nostálgicos personajes dentro de The Goonies e Indiana Jones and the Temple of Doom cuando aún era solo un niño. Si les gustan los viajes en el tiempo, las series animadas Rick & Morty y Midnight Gospell con una pizca de secuencias de acción asiáticas hollywoodenses, esta película no les fallará. Recomiendo fehacientemente darle una mirada a esta joya del séptimo arte.
留言