¿Cómo es que una joven adolescente decide iniciar sus primeros pasos en la industria pornográfica? ¿Qué realidad hay detrás de esa decisión? ¿Aprueban o desaprueban sus padres esa difícil y objetada carrera laboral? ¿Es que acaso saben que su hija ha tomado siquiera esa decisión?
Estas y muchas otras interrogantes son las que trata de resolver y retratar este crudo pero necesario documental del año 2015. Estrenado en el Festival de Sundance y luego presentando en la plataforma Netflix, “Hot Girls Wanted” disfrutó, y aún lo hace, de una crítica bastante variada y controversial. Muchas personas lo vieron como algo que era ineludible normalizar y visibilizar. Otras personas, no tanto.
La historia nos lleva al mundo de la post adolescencia norteamericana. La tierra de las oportunidades, pero también a una realidad llena de incertidumbre sobre el futuro y plagada de malas decisiones. El documental sigue la narración de distintas jóvenes, de distintas realidades y partes del país estadounidense, pero con muchas cosas en común. Algunas son que la mayoría de ellas ve el inicio de esta carrera laboral pornográfica amateur como una posibilidad real de escape de la monotonía de vivir en la casa de sus padres, de forjar una independencia definitiva o de un crecimiento económico sustancial en sus vidas acompañado de fama y éxito internacional.
El documental se ideó originalmente como una exploración del consumo masculino de pornografía en los círculos universitarios. Los cineastas y creadores del documental (Jill Bauer y Ronna Gradus) abandonaron esta idea cuando descubrieron que los hombres buscan, sobre todo, videos pornográficos donde aparecen mujeres muy jóvenes. Interesados también en saber por qué una gran cantidad de mujeres jóvenes ingresan a la industria pornográfica, los directores decidieron hacer esta controvertida y honesta película para poder así relatar su historia.
Como consumidor asumido de pornografía de este tipo en mi adolescencia y principios de mi adultez joven, creo necesario que ocurran y se documenten este tipo de contenidos. Los tiempos en que vivimos no dan para que se siga fomentando una industria cinematográfica en donde no solo se denigra y explota a la mujer y su cuerpo, sino también, una industria que transmite un mensaje erróneo a las generaciones más jóvenes que están por venir y que pueden acceder a este tipo de material con solo un click, y la mayoría de las veces, de manera gratuita.
Invito a ver este material audiovisual con mucha amplitud de mente y criterio, pues es la única forma en la que, de cierta manera, podremos avanzar como sociedad y lograr que este tipo y género audiovisual, no desaparezca, más bien evolucione y se transforme en algo realmente educativo y enriquecedor para la humanidad.
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